Si se acumulan en los vertederos, con el paso del tiempo, las pilas pierden la carcasa y se vierte su contenido, compuesto principalmente por metales pesados como el Mercurio y el Cadmio, el Cinc. Estos metales, infiltrados desde el vertedero, acabarán contaminando las aguas subterráneas y el suelo y con ello se introducirán en las cadenas alimentarias naturales, de las que se nutre el ser humano.
Si se incineran, las emanaciones resultantes darán lugar a elementos tóxicos volátiles, contaminando el aire.
Se estima que en la Argentina se consumen un promedio de 10 pilas por persona por año, cuando se agotan, en general finalizan en la basura común.
Lo ideal sería La recogida selectiva de las pilas usadas en contenedores específicos y su tratamiento adecuado constituyen la solución más lógica y más respetuosa con el ambiente. Una vez recogidas, las pilas se llevan a una planta de reciclaje donde se segregan y se separa los metales peligrosos del resto de materiales que constituyen la pila. El proceso requiere la trituración de la pila, la cual se introducen en un destilador que se calienta hasta la temperatura adecuada. La condensación posterior permite la obtención de metales con un grado de pureza superior al 96%.
De la trituración de las pilas normales se obtiene escoria férrica y no férrica, papel, plástico y polvo de pila. Pero, lamentablemente, existen pocas plantas de reciclado de pilas ya que el proceso utilizado requiere un elevado consumo de energía y los tratamientos posteriores para recobrar el resto de componentes exigen una elevada inversión económica no siempre recuperable.
En el país las posibilidades quedan acotadas a la utilización de los rellenos de seguridad y al empleo de las técnicas de inmovilización de pilas: vitrificación, cementación y ceramización. Con estos métodos, a la larga, lo único que hacemos con estos procesos es aislar el elemento pero el compuesto sigue estando, por lo que se convierte en un pasivo ambiental.
Muchas de las campañas de recolección de pilas que se realizan todos los años en la Argentina corresponden a iniciativas de organizaciones intermedias y al interés de los particulares que se organizan porque reconocen que las pilas son altamente nocivas. Quienes lo hagan deben ser concientes que están manipulando residuos peligrosos y que el efecto potencial negativo de las pilas se multiplica cuando se encuentran concentradas en grandes cantidades. Por lo tanto, los expertos aconsejan no juntar pilas si no se sabe que se hará con ellas más tarde.
Por ley Nacional N° 24.051 las pilas, por su contenido, son consideradas residuos peligrosos, que son altamente contaminantes, por lo que su manipulación en grandes cantidades debe efectuarse ateniéndose a la Ley de Residuos Peligrosos. La normativa exige la inscripción en un registro de los generadores y transportadores además de fijar las sanciones económicas y penales para quienes hayan contaminado de modo peligroso la salud, el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general. Dependiendo del caso, las penas incluyen desde un mes hasta 25 años de reclusión.
Pila por pila, las que más se usan. Cómo están hechas y qué producen :
Zinc/Carbono: son las pilas comunes. Contienen Carbono, Zinc, Dióxido de Manganeso y una porción ínfima de Mercurio. Puede contaminar 3.000 litros de agua por unidad.
Alcalinas: Su duración es 6 veces mayor que las Zinc/Carbono. Están compuestas por Dióxido de Manganeso, Hidróxido de Potasio, Zinc con Mercurio (total 1%), Carbón o Grafito. Una sola pila alcalina puede contaminar 175.000 litros de agua, es decir más de lo que puede consumir un hombre en toda su vida.
Níquel / Cadmio: tienen la forma de la pila clásica, pero su ventaja es que se puede recargar muchas veces. Sus residuos son peligrosos, principalmente por la presencia del Cadmio, un elemento altamente cancerígeno por inhalación. Se usan mucho en los teléfonos inalámbricos.
Pilas Botón: las más usadas tienen cerca del 30% de Mercurio. Una micropila botón de mercurio puede contaminar 600.000 litros de agua.
En definitiva, que podemos hacer nosotros como ciudadanos con las pilas: Hay que evitar usar pilas.
-Busca pilas recargables confiables y que tengan impresa la leyenda: Libre de Mercurio (mercury free).
-No juntar pilas porque se concentran los riesgos.
-No mezclar las pilas nuevas con las usadas porque se reduce la vida útil de ambas.
- Utilizar preferentemente artefactos conectados a la red eléctrica.
-No tirar las pilas a la cloaca, ya que finalmente llegan al río y podrían contaminar el agua. En ausencia de red cloacal, la contaminación afectaría las napas.
- No quemar ningún tipo de pilas ni baterías.
- No utilizar aparatos a pilas cuando pueden ser reemplazados por otros.
La solución total para este problema no existe. Un conjunto de medidas concordantes entre sí, puede mitigarlo. Mientras se avanza en que los que producen lo hagan sustentablemente, es decir dando también soluciones a los problemas que producen sus productos una vez usados, por nosotros, los usuarios, NO les brindemos la solución. Colaboremos en mitigar el potencial daño al hábitat pero presionemos con leyes que obliguen a que las soluciones y las tecnologías las brinden los que están lucrando con productos que saben que NO son inocuos para el ambiente.
Fuente:
http://blogs.tn.com.ar/ecologia/archives/2008/03/se_que_hay_que_hacer_con_las_pilas.html
http://www.ecoportal.net/Contenido/Temas_Especiales/Contaminacion/Que_hacer_con_las_pilas2
http://www.ecoportal.net/Contenido/Temas_Especiales/Contaminacion/Que_hacer_con_las_pilas
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